El corte de ruta se convirtió en la forma de protesta elegida por excelencia. “Si hacemos esto logramos que los medios lo hagan público”. De esta manera se argumenta la medida.
En Plaza de Mayo se juntaron la marcha y la contramarcha. A favor y en contra del Gobierno. A favor y en contra del campo. En Córdoba, se enfrentaron ruralistas y camioneros, para mencionar sólo algunos ejemplos. La violencia se convirtió en la protagonista de estos 15 días de protesta rural.
D´Elía dijo que él no tiene problema en “matar a todos los putos oligarcas”. La idea del diálogo (lo más sensato) sobrevuela, pero todavía no aterriza. ¿Qué se está esperando?
Provocaciones, como las del “defensor k”, son insostenidas. El silencio del Gobierno ante estas actitudes, también. Algunas resoluciones de los ruralistas no se quedan atrás (murió una persona porque no dejaron pasar la ambulancia). El diálogo tendría que haber sido la primera instancia. Se está a tiempo.
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