martes, 29 de enero de 2008

martes, 22 de enero de 2008

¿Nos acostumbramos a viajar mal?

Si algo me sorprendió del tren marplatense fue la puntualidad. 23.30 figuraba en el boleto como horario de salida de la formación desde Constitución con destino a Mar del Plata, y ni un minuto más ni uno menos partió. Pero las demoras por “desperfectos técnicos” que se produjeron en lo que va de enero me derrumbaron las esperanzas de contar con algún medio de circulación "rescatable".

Los retrasos en los transportes son cuentas corrientes. “Es un desperfecto técnico”, “problemas con la señalización”, “cancelación del servicio por un piquete o un paro del personal”, y más y más y más son las razones que intentan justificar o “realmente” explicar lo que pasó con alguno de los servicios. Todas suenan a excusas y el usuario se va corriendo para ganar un lugar en la fila que te conduzca a otro medio de transporte.

El lunes, la línea B de subtes estuvo demorada unos minutos “por un perro”. No me supieron explicar si al pobre animal la mataron o estaba dando unas vueltas por las vías. La cuestión es que cualquiera sea la razón los retrasos están casi naturalizados por todos.

También se mostraron imágenes de la manera en que los turistas partían o volvían de la costa en los trenes de la empresa Ferrobaires. “Ojalá no tengamos problemas con la ventanilla (que la podamos subir si tenemos calor o que la podamos bajar en lo contrario)”, era uno de mis pedidos después de tener en mano los pasajes de ida y vuelta por las vías del sur.

La experiencia me llevó a esta súplica. Hace dos años tuvimos que poner en práctica lo aprendido mirando la serie “Mc Guiber”. Atamos una sábana a una manija de la ventanilla y la anudamos a la punta más alejada del asiento con nuestros cuerpos arriba de la tela para hacer más peso. Y como no se pudo bajar del todo, tomamos un toallón y tapamos el espacio que permitía el ingreso del viento.

-“Hay que frío que tengo Juan ”, dijo una señora integrante de un “grupo de jubilados” mientras cargaba su bolso rumbo a la puerta que le permitiera descender del tren.
-“Bueno, ya bajamos”, contesta un señor con otro bolso al hombro.
-(se entromete una oyente casual) “Es sabido señora. Para viajar acá hay que venir con campera”.
-“Pero no pudimos bajar la ventanilla en todo el viaje. Estaba rota”, se queja al viento, que paradoja.
-“Si, por eso. Uno no sabe con lo que se va a encontrar”, termina una, al parecer, experimentada pasajera del marplatense.

Pero todo esto no es muy distinto a lo que pasa todos los días en todos los transportes. Los trenes funcionan cada vez peor. Los papeles, botellas, vasos de café entran antes que los pasajeros y se sientan en los asientos rotos o con las fundas tajadas.

Las quejas son infinitas y los ejemplo van más allá aún, pero tranquilos porque en esta Argentina esquizofrénica en poco tiempo tendremos un tren bala que vuele por los rieles de una vía sin tornillos, con durmientes gastados y con una falta completa de mantenimiento en todos los rincones.

Por Nadia Galán
Fuente foto: porlosrielesdelsud.com

lunes, 21 de enero de 2008

Crece y crece la fortuna

El patrimonio de Néstor Kirchner aumentó 5.781.195 pesos durante el último año.

Las riquezas del último presidente aumentaron más de lo esperado. En total, su fortuna asciende a 17.824.941 pesos, casi 11 millones más que cuando comenzó su mandato.

Según las declaraciones juradas que Kirchner y su esposa presentaron hace dos semanas ante la Oficina Anticorrupción, en el último año el ex presidente incorporó a su patrimonio un edificio de 10 departamentos y un complejo turístico en Santa Cruz por 8.329.596 pesos. La última semana, en tanto, el diario La Nación informó que en 2007 Kirchner "aumentó su patrimonio alcanzando una fortuna de 17.824.941 pesos, casi 11 millones más de lo que tenía cuando llegó a la Casa Rosada, en mayo de 2003".

"El primer tema son los alquileres porque analizamos que Kirchner en 2005 teniendo 19 casas, 4 departamentos y dos locales, cobró por alquileres 276.793 pesos por año. Si lo dividimos, resultan 11 mil pesos por cada propiedad", precisó la diputada de la Coalición Cívica Patricia Bullrich.

Agregó que el ex presidente en 2006, manteniendo las mismas propiedades, pasó a cobrar un total de 1.380.448 pesos y puntualizó que esa suma da 55.218 pesos por año y por propiedad.

"Es decir que hubo un aumento del 400 por ciento desde 2005 a 2006. Y en 2007, con la misma cantidad de propiedades, tenemos 5.264.105 pesos, quiere decir que tuvo un aumento de 1.800 por ciento respecto de 2005", argumentó la legisladora. Respecto de Cristina Fernández, Bullrich dijo que el matrimonio presidencial "debería tener las declaraciones jurada de bienes casi idénticas".

Además, explicó que "cuando un funcionario hace la declaración jurada de bienes también presenta la de su esposa o esposo" y que "el marido tiene que decir cuál es el matrimonio de su mujer y por eso también vamos a pedir que las declaraciones juradas de Cristina en el Senado se puedan analizar".

Fuente: Dyn

sábado, 19 de enero de 2008

Faltan cuatro...

Dicen que al séptimo verano de ir al mismo lugar y hacer las mismas cosas (esta variante la salteo por decisión personal) podés convertirte en el Hombre Lobo Marino... Cuidado!!! Estamos cerca, pero no nos alcanzará esta maldición con aires de mar. Nos resistimos a este mal... Jeje
CTI

miércoles, 2 de enero de 2008

Células madres

Un banco de células madre con rasgos genéticos autóctonos

El Banco de Células Madre extraídas del cordón umbilical de recién nacidos, que funciona en el Hospital Garrahan, es el primer centro público en su tipo del país. Su principal objetivo es “almacenar unidades con características genéticas correspondientes a minorías étnicas” de esta región. Las células podrían ser destinadas al trasplante de médula ósea a pacientes con leucemia.

La intención de reunir células correspondientes a variedades étnicas locales obedece a que las provenientes de los bancos de Europa –que eran los que se venían utilizando hasta ahora- no resultan compatibles, por lo general, con las poblaciones latinoamericanas.

Para alcanzar esta meta el Garrahan realiza convenios con provincias para que se conviertan en “centros de colecta que aportarían la variabilidad genética que busca este proyecto”, explicó la responsable del programa.

Cecilia Gamba, bióloga del Servicio de Hemoterapia del Garrahan, a cargo del procesamiento de las unidades, destacó que “la importancia de contar con un banco público en el país es reducir los costos que generaba solicitar una unidad del exterior, pero además tendremos perfiles genéticos autóctonos, que no se encuentran tan sencillamente en el mundo".

Con el surgimiento del primer banco público en la Argentina –el tercero en América Latina, después de México y Brasil-- se busca tener un “registro genético de las minorías étnicas, aborígenes latinoamericanos y la mezcla que caracteriza a los pueblos latinoamericanos por la unión de europeos y aborígenes”.

Las células madre poseen la propiedad de renovarse o reemplazar otras células sanguíneas –glóbulos rojos, blancos y plaquetas-. Se utilizan fundamentalmente para efectuar transplantes de médula ósea. Hace poco tiempo, para realizar este tipo de transplante, era necesario contar con las células madre que se extraían de la médula de la persona que era donante llevándola al quirófano. En la actualidad, gracias a conocerse la posibilidad de extraer sangre del cordón umbilical en el momento en que nace un bebé y guardarla.

Entre las enfermedades hematológicas y congénitas que podrían resolverse con un transplante de células madre extraídas de cordón umbilical están las leucemias agudas y crónicas, anemia hereditaria, anemia aplástica o adquirida; talasemia -la alteración de la hemoglobina que provoca anemias severas-, la leucemia o los linfomas, “así como para cualquier cáncer en cuyo tratamiento sea necesario reconstruir la médula ósea dañada por la quimioterapia”.

En la búsqueda de formar un centro de características heterogéneas, el Hospital Garrahan suscribió acuerdos con hospitales de diferentes lugares de la Argentina. En ese sentido, tiene un convenio con la maternidad porteña Sardá que “tiene una población especial de minorías étnicas y aporta a nuestro banco una diversidad étnica importante”, destacó Gamba a AUNO. Además, está vinculada con el Hospital Británico y su filial en Rosario, y el Hospital Alemán. “Hay provincias como Chaco, Tucumán y Mendoza que están intentando sumarse al proyecto como centros de colectas”.

“Se podrían recibir las unidades de las provincias y procesarlas y almacenarlas en el Banco del Garrahan, ya que contamos con una capacidad de almacenamiento de 3.600 unidades. La participación de las provincias como centros de colecta aportaría la variabilidad genética que busca este centro de células.”

El hospital lleva almacenado 550 unidades que cumplieron con los requisitos de calidad necesarios de las 650 colectas que se realizaron en lo que va del programa (las donaciones, para ser almacenadas, tienen un proceso de un mes y medio de evaluación). Sólo 80 fueron informados al Incucai y, de esta manera, “están a disposición de cualquier persona del mundo que lo solicite”.

Las madres son informadas sobre la posibilidad de donar el cordón umbilical en cada maternidad, “se les entrega un tríptico en forma de pregunta-respuesta (qué es la sangre, para qué se usa, qué vamos a hacer, qué significa la donación) y se les hace firmar un consentimiento, que es un documento donde queda manifiesto el deseo de donar”, detalló la bióloga. Luego se realizan “llamadas telefónicas” a la familia donante durante el primer año de vida del bebé para controlar la evolución del niño.

El Banco de Células Madre no es la primera iniciativa del Garrahan. En 1996 el programa estaba dirigido a familias “que ya tenían otro hijo con una enfermedad tratable con un transplante de médula ósea, entonces se guardaba la sangre del hermanito al nacer”. En abril de 2005, el hospital comenzó el programa “no relacionado” o el banco público donde se acepta la donación de cualquier familia “que desee donar” para ayudar a la persona que lo necesite.

El proyecto del Banco público surgió alrededor del 2000, según explicó Gamba, pero su puesta en marcha comenzó cuando el Ministerio de Salud aportó un “bioarchivo, que permite almacenar hasta 3.600 unidades”, y el Sepax que es un equipo que procesa automáticamente las unidades de sangre de cordón para obtener un concentrado de células progenitoras hematopoyéticas, que son almacenadas en nitrógeno líquido, a 196° bajo cero de temperatura. Además, este equipo permite obtener “un producto estandarizado -igual al producido en otros países- en pocos minutos”. Sin el aporte de estos aparatos la tarea era “muy complicada y los resultados no eran los específicos, siempre se producía una variación”. Con el uso de estos
equipos, el Banco de Células madres argentino se maneja de la misma manera que en el resto de las bancos del mundo.



Por Nadia Galán (Agencia Universitaria de Noticias y Opinión)