Cadenas de mail y mensajes de textos fueron la metodología elegida para hacer “correr la voz”. La intensión era decir “Basta” y llamar al diálogo. El conflicto del campo y el Gobierno no da para más.
Las cacerolas se hicieron escuchar en distintos puntos de la Argentina (un detalle que no es menor). En Mendoza, Chaco, Misiones, Entre Ríos, Córdoba, Mar del Plata, distintos barrios de la Capital Federal, del conurbano bonaerense y de todo Buenos Aires se reunió un gran número de personas con la intensión de pronunciar distintos mensajes.
Los más radicales apuntaban a que se “vaya Cristina” (no es la solución) y otros más acordes a las necesidades de un país rogaban por un “diálogo” que sea el motor para solucionar, definitivamente, este problema que lleva 97 días y que parece no tener fin hasta que se llegue a un acuerdo. Ninguno quiere aflojar, pero tiene que terminar.
La estrategia del “ganar por cansancio” no sirve y no se puede sostener más. El desabastecer de alimentos e insumos a todo un país tampoco se sustenta. Sentarse y negociar.
No se pueden permitir voceros como D´Elía. No suman, restan. El campo no lo ubicó cerca del Gobierno, se lo apoderó solito. Tampoco se puede hablar de represión, cuando no la hubo. La mitología de elegir a dedo quienes pasan y quienes no, tampoco se alaba.
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