domingo, 24 de agosto de 2008

Se fue Beijing y nos dejó 6

Seis medallas conquistó el Comité Olímpico Argentino. Algunos con más esfuerzos que otros lograron completar este mes de Juegos, que nos dejó más de una pregunta en relación al interés institucional que se le da al deporte en el país y dejó en claro que la camiseta con la bandera argentina junto al corazón pesa en casi todos los deportistas nacionales.

Paula Pareto se subió al podio en los primeros días de competencia y le dio a la Argentina la primera medalla de bronce. La judoka tenía como objetivo quedar entre los puestos séptimo y quinto. Se superó y enorgulleció a un país que vio a la “Peque” con la medalla colgada. El medallero nacional estaba inaugurado.

Sobre ruedas llegó la primera medalla dorada. Walter Pérez y el “viejo” Juan Curuchet les pintaron la cara al resto de los competidores. ¡Qué final! Para el marplatense Curuchet, que hace diez años no lo dejaron competir en su ciudad porque estaba “pasado de edad” y hoy con 43 años fue el abanderado nacional en el cierre de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.

“Lo importante es estar en el podio”. Y estuvieron. Carlos Spinola y Santiago Lange cumplieron, como nos tienen acostumbrados. De esta manera, el segundo bronce se hacía presente en el medallero nacional en la Clase Tornado de las competencias de yachting.

Cómo Leonas afrontaron la competencia y se quedaron con el bronce. Con la cuarta medalla para el país, y con un lugar en el podio como manera de cierre de un ciclo para muchas de las chicas con la camiseta celeste y blanca. Holanda les borró el sueño dorado pero rápidamente afilaron las garras y le mostraron a Alemania para qué está el hockey argentino.

Con la idea del bicampeonato fueron y con la consagración volvieron. El equipo de Batista reescribió la historia con la magia de Messi; el irremplazable Mascherano; la convicción de los arqueros, Ustari debió dejar el arco tras una lesión para darle paso a Romero, que no defraudó; la defensa encabezada por Pareja; los delanteros Agüero, Di María y Lavezzi que hicieron lo suyo cuando era necesario y la presencia, la cabeza y visión de Riquelme. Argentina en el fútbol olímpico subió la bandera celeste y blanca a lo más alto y el oro quedó en casa.

La pelota naranja sumó la última medalla de estos Juegos para Argentina. Sin Ginóbili por su bendito tobillo, con Nocioni en una pierna y después del Sunami yanqui el básquet argentino conquistó el bronce.

Muchas preguntas ¿sin respuesta?

¿Hay interés por el deporte en el país? ¿No es bueno “premiar” el esfuerzo? Se vibra cuando un deportista con la camiseta nacional está al frente de una competencia pero ¿cómo se lo retribuye? ¿No habría que apostar al deporte para construir una sociedad con sueños y confeccionada a partir del esfuerzo y la solidaridad entre pares? Muchas preguntas pocas respuestas.

El deportista nacional pelea, lucha, siente y trabaja por la camiseta, por la bandera celeste y blanca. Sin importarle la parte “burocrática” deja todo de sí para acceder al podio. El ciclista Walter Pérez remarcó la falta de apoyo que reciben del Estado y lo ilustró con una anécdota. “Uno de los ciclistas me dijo que a él su gobierno le daba 60 mil euros por una medalla y se sorprendió cuando le dije que a nosotros no nos dan nada”, contó.

En un blog, Hernán Vila, integrante de las regatas argentinas, relató : “Ellos han trabajado muchos años, poniendo todo de sí, dejando afectos y oportunidades por un solo sueño: estar aquí, ser Argentina, llevarla al podio. Han luchado y siguen luchando en el casi anonimato. Con una desigualdad tremenda, diría monstruosa, en apoyo y logística con respecto a la gran mayoría de sus oponentes . Pocos saben que la Secretaría de Deportes es casi su único soporte, pero que por otro lado les debe desde febrero las humildes becas que cobran, y a muchos de ellos aún no le reembolsaron la plata que pudieron conseguir para hacer campaña y ganar las medallas Panamericanas para Argentina en Río de Janeiro 2007. Pero ahora no importa todo eso, ahora no importa porque no es de plata de lo que se trata, Estamos aquí por la simple razón de tener la celeste y blanca dibujada en el corazón… Y por eso lo hacemos, lo hacemos porque sentimos que representamos a un país”

Son solo algunos ejemplos de esta realidad. ¿No sería hora de aportar al deporte como forma de vida y confección de un país?

1 comentario:

Media 14 dijo...

Tantas empresas importantes en nuestro país no podrían bancar distintas disciplinas? Porque no incluir a los grandes capitalistas del campo...En vez de criticar, no sería mejor apostar a fomentar el deporte...? Porque deporte no es sinónimo de football, hay muchas disciplinas que se debería tener en cuenta. Mente sana en cuerpo sano.
Mary