viernes, 4 de octubre de 2013

Mató a su compañero después de acusar 20 años de bullying


Las puertas estaban abiertas, él estaba frente a la computadora. Yo en un bolsito tenía tres armas, saqué una y me la coloqué entre el pantalón y la oculté con la remera. Bajé del auto, golpeé la puerta y él salió diciendo: ‘Qué mierda te pasa’. Ahí tuve la reacción de defenderme y le tiré al brazo izquierdo. Después no me acuerdo nada más".

En el inicio del juicio en su contra, Adrián Molaro (24) describió el momento en el que mató a su ex compañero Alexis Céparo, al que acusa de hostigarlo y maltratarlo desde que iban juntos al jardín de infantes de la localidad entrerriana de Cerrito.

Adrián se reconoció víctima de bullying desde los 4 años pero aseguró que eligió no contárselo a sus familiares y amigos. “Al comienzo eran sólo golpes. Eramos muy chiquitos. Pero cuando crecimos, me escupía, me pegaba; él siempre fue más grande que yo. Al boliche no podía ir porque si me agarraban, me pegaban; en el colegio me empujaba, insultaba a mi familia. Nunca se lo conté a nadie porque no quería involucrar a nadie”, resumió Molaro. El 21 de enero de 2012 le disparó tres tiros. Alexis, de 22 años, murió. Y Adrián fue detenido después de estar veinte días prófugo.

Hace dos semanas comenzó el juicio. Unos treinta testigos describieron a los chicos con personalidades contrapuestas. Hablaron de Alexis como un chico popular entre sus pares, educado y carismático. Era fútbolista, disc jockey y conducía un programa de radio. Adrián era todo lo contrario. Siempre pasaba desapercibido. Era solitario, retraído y fanático de las armas.

El fiscal Rafael Cotorruelo sostuvo que el acusado “atacó a un chico indefenso”. La familia opina que lo asesinó porque “le tenía envidia”. Por su parte, el abogado defensor, Marciano Martínez, explicó que “el bullying es una relación de poder que se ejerce sobre uno, no contra muchos; por eso hay pocos testigos. Es una situación similar a la de la mujer golpeada. Es un joven que por su personalidad, es sujeta a ser víctima de abuso. A Molaro no lo conoce nadie porque siempre fue muy solitario”. Y se sinceró ante PERFIL: “Es un caso complejo”. Los peritos psicólogos concluyeron que Adrián padece un “daño psíquico” por una “vivencia de hostigamiento”.

El padre del acusado declaró en el juicio y recordó el trauma que significó para su hijo el viaje de egresados: “No quería ir a Bariloche. Le dijimos que fuera porque iba a ser su única oportunidad. Pero Adrián no quería porque los otros chicos lo molestaban. Cuando volvió, vino mal y con dolores de cabeza, sólo nos dijo que él ya nos había dicho que no quería ir a ese viaje”.

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