Sonia Molina está expectante por el comienzo del juicio contra el pastor y la periodista de Coronel Suárez acusados de haberla mantenido en cautiverio durante tres meses, de maltratarla y hasta de abusar sexualmente de ella en reiteradas ocasiones. “Ellos van a querer quedar en libertad, pero mi meta es que eso no ocurra. Estoy preparada para escuchar que me denigren”, dice tajantemente la mujer, quien asegura que todavía la persigue el perfume de sus supuestos captores.
A partir de mañana, la periodista Estefanía Heit y su marido, el pastor Jesús Olivera, estarán sentados en el banquillo de los acusados y se reencontrarán con Sonia Molina. La mujer oriunda de Río Colorado viajará hoy con destino a Bahía Blanca para volver a estar cara a cara con sus supuestos captores en los tribunales de esa ciudad. “Necesito que se realice este juicio para ponerle fin a esta historia y retomar mi vida”, se sincera en una entrevista exclusiva con PERFIL. Siente que aún no pudo recuperar su vida; apenas trabaja, y todavía no sale sola de su casa.
“Yo tengo en mi mente todo lo que me hicieron. No necesito repasar lo vivido porque todavía sueño con cada una de las cosas que me pasaron y todos los días siento que me persigue el aroma de sus perfumes”, describe desde su casa, donde vive con su mamá.
—¿Cómo se prepara para el inicio del juicio?
—Intento estar con los pies sobre la tierra y lo más tranquila posible. Sé que van a decir un montón de cosas y que me van a desacreditar, pero yo voy a ir con la verdad, la que puedo repetir todas las veces que me lo pidan. Ellos van a querer, como es lógico, quedar en libertad, pero mi meta es que no sea así.
—¿Está preparada para volver a estar frente a ellos?
—Creo que sí, pero no sé cómo voy a reaccionar cuando los vea. Va a ser chocante estar de nuevo tan cerca, y seguramente me va a retrotraer a todo lo que pasó. Me va a generar una mezcla de sensaciones, no sólo verlos a ellos sino también regresar a Bahía, donde estuve internada. También tengo claro que ellos tratarán de denigrarme de la mejor manera para terminar bien parados, pero yo me preparé para escuchar lo peor que tienen pensado declarar sobre mi persona. Igual, lo malo que me puede pasar es que queden libres.
—En la entrevista que la pareja le dio a PERFIL, aseguran que fue una causa armada por una investigación que Heit estaba haciendo sobre supuestos vínculos entre el entonces intendente Ricardo Moccero y el narcotráfico, y la acusan de mentir en su denuncia. ¿Qué piensa al respecto?
—Lo que tengo claro es que de mi parte no hay nada armado, porque ellos me iban a mutilar y logré escapar antes. Sí es cierto que Estefanía hablaba del intendente, sus investigaciones y los supuestos vínculos con el narcotráfico y la ONG Visión XXI (N. de R.: organizada entre Olivera, Heit y Molina con la intención de instalar una sucursal en la ciudad natal de la víctima); teníamos la intención de terminar con las mafias y las injusticias. Pero ellos se contradicen desde el momento
en que, teniendo una asociación que iba en contra de lo ilegal, me hicieron todo esto a mí.
—¿Les tiene miedo?
—El miedo extremo lo tuve durante los tres meses que estuve cautiva en Suárez, aunque estoy convencida de que ellos no actúan solos. Por eso, las pocas veces que salgo tomo precauciones. Siento que en cualquier momento pueden tomar represalias en mi contra, ellos mismos o su gente. Obviamente me genera mayor temor Olivera porque fue el que me atacó durante el cautiverio, pero los dos actúan con la misma perversidad. Los dos son uno.
—¿Sabe que una de las posibilidades es que Heit y Olivera queden en libertad?...
—Estoy preparada para todo. Si quedan libres, se va a multiplicar el temor que les siento y mi vida comenzará a ser terrorífica. Hoy por hoy aún les tengo miedo, estando ellos presos; imagínese si llegan a quedar libres. Estuvieron a punto de matarme y ahora lo podrían llevar a cabo. Si salen de la cárcel, no voy a poder escapar de ellos y no me sentiré segura en ningún lado.
—¿Que pasará después del juicio?
—Tengo un montón de cosas por resolver, como las demandas penales por la venta de una casa dos veces. Además, sueño con tener un hogar para recuperar la tenencia de mi hija. Pasó un año y medio de todo esto y todavía no pude recuperar mi vida social: sigo encerrada en mi casa porque tengo miedo, y no logré recuperarme físicamente. Más allá de las limitaciones que me quedaron en el cuerpo, me va a llevar más tiempo pensar en metas a futuro. Empecé por aceptar que no voy a volver a ser la persona que fui por los golpes que recibí, pero trato de ser realista y positiva para poder seguir. El final del juicio será el comienzo de una nueva vida.
—¿Está conforme con la investigación?
—No, porque creo que hay mucha gente detrás de ellos y no se investigó todo lo que aporté. Si Heit y Olivera quedan libres, la Justicia no es buena.
Fuente: Diario Perfil