Su nombre implica lucimiento y esfuerzo. A Esmera López la vida no le fue fácil, y no reniega de su silla de ruedas que forma parte de su vida, luego de que contrajera poliomielitis en 1953. La escasa movilidad de su cuerpo no la limitó para ser pintora, cantante y poeta.
Esmera era una nena muy activa, le gustaba estar siempre en movimiento, valiéndose por sí misma. Jugando, corriendo, riendo y cantando. Iba con sus cuadernos de hojas blancas a todos lados, esperándolas para que sean cubiertas con nuevas palabras, rimas, poemas o algún cuento.
Pero toda esta alegría y energía propia de los chicos con alas, se vio interrumpida por una enfermedad desconocida hasta el momento. Esmera cree que fue una de las primeras personas en padecerla en la Argentina. Era el año 1953 y contrajo poliomielitis.
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Foto: Eduardo Lerke
(Revista Contá y Ganá Nº 7)
(Revista Contá y Ganá Nº 7)