sábado, 31 de enero de 2009
viernes, 2 de enero de 2009
Un año más
Ya pasaron las fugaces Fiestas y comenzó un nuevo año. Un breve recuento.
A modo de balance, en este, ya viejo, 2008 coseché vientos, brisas y tempestades pero todavía continúo de pie, como este blog. Una redacción de la que aprendí muchísimo y con la que logré cumplir un ciclo. Algunos huracanes familiares desequilibraron un poco la armonía del árbol genealógico, pero de a poco se fueron e irán acomodando las ramas. Una bisabuela que ahora nos acompaña desde allá arriba y que dejó su huella en cada uno, por lo que sus dichos y hechos son recordados con felicidad y muy a menudo. Amigos que encontré, otros con los que atravesamos un receso, y otros, los de siempre, con los que reforcé ese amor recíproco.
A nivel académico, cumplí una de las metas planteadas en el 2008: terminar de cursar. Ahora para el título sólo restan tres finales.
Lo que viene, lo que viene. Espero un 2009 exitoso en lo personal y colectivo. Encontrar un trabajo “en lo mío”, que me permita seguir recopilando experiencia y horas de laburo periodístico.
En el amor, los cuatro años juntos están cerquita, a la vuelta de la esquina. Los proyectos de ambos miran para adelante. Y antes de brindar por los años de amor, vamos a recibir al primer sobrinito de la familia. Pablito ya está en posición y, supongo, ansioso por conocer este mundo y, nosotros, de conocerlo a él.
El 2008 ya se fue y el 2009 promete ser bueno.
A modo de balance, en este, ya viejo, 2008 coseché vientos, brisas y tempestades pero todavía continúo de pie, como este blog. Una redacción de la que aprendí muchísimo y con la que logré cumplir un ciclo. Algunos huracanes familiares desequilibraron un poco la armonía del árbol genealógico, pero de a poco se fueron e irán acomodando las ramas. Una bisabuela que ahora nos acompaña desde allá arriba y que dejó su huella en cada uno, por lo que sus dichos y hechos son recordados con felicidad y muy a menudo. Amigos que encontré, otros con los que atravesamos un receso, y otros, los de siempre, con los que reforcé ese amor recíproco.
A nivel académico, cumplí una de las metas planteadas en el 2008: terminar de cursar. Ahora para el título sólo restan tres finales.
Lo que viene, lo que viene. Espero un 2009 exitoso en lo personal y colectivo. Encontrar un trabajo “en lo mío”, que me permita seguir recopilando experiencia y horas de laburo periodístico.
En el amor, los cuatro años juntos están cerquita, a la vuelta de la esquina. Los proyectos de ambos miran para adelante. Y antes de brindar por los años de amor, vamos a recibir al primer sobrinito de la familia. Pablito ya está en posición y, supongo, ansioso por conocer este mundo y, nosotros, de conocerlo a él.
El 2008 ya se fue y el 2009 promete ser bueno.
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